La cultura Maya siempre nos ha fascinado, así que tener la oportunidad de contemplar
grandes templos como en Chichen Itzá fue realimente emocionante. Pero si viajas
con niños (o sin) y queréis disfrutar al máximo recorriendo sin restricciones
una ciudad maya, os recomendamos visitar Ek Balam.
Son unas
ruinas poco frecuentadas por los turistas, situadas en medio de la selva, sin
puestos ni vendedores de souvenirs. Los únicos seres que habitan en su interior
son una manada de perros. Es muy
gracioso subir el templo y encontrarte a uno tumbado plácidamente en medio de
los escalones.
Lo
mejor de todo es que durante nuestra visita podremos subir y entrar en todas
las edificaciones. Los niños se lo pasan en grande, para ellos es toda una
aventura.
Ek
Balam se encuentra situado a 30 km de Valladolid y dispone de parking
gratuito. Al bajar del coche ya vimos
que todo era diferente. El camino de acceso hasta las taquillas estaba sin
asfaltar. Empieza la aventura.
Resulta
que esta ciudad ha permanecido escondida en la selva hasta el año 1984, lo que
significa que estamos ante las últimas ruinas descubiertas en Yucatán. La
verdad es que resulta asombroso ver como la vegetación puede llegar a ocultar
edificios de tal magnitud.
Ek-Balan
significa “Jaguar Negro” y en su día fue la capital del imperio Tah, llegando a
albergar en su interior a unos 14 mil habitantes. Actualmente solo queda en pie
una pequeñísima parte de lo que fue, pero nos basta para conocer un poco su
cultura, la organización y la forma de vida.
El
recinto está rodeado por dos murallas de piedra y tiene 45 estructuras distribuidas
en dos plazas: norte (central) y sur.
Nuestra
visita comienza por el ARCO MAYA que era la puerta de entrada a Ek Balam. Nada
más pasar esta estructura nos fijamos en la acrópolis y como teníamos tantas
ganas de poder escalar una pirámide nos fuimos corriendo.
Arco Maya |
El ACRÓPOLIS está situado en la plaza norte y con sus 31m de
altura, 160 m de largo y 17m de ancho puede presumir de ser el edificio más
grande aún en pie de la Península de Yucatán. En su interior se encontro la
tumba de Ukit kan Le`k Tok`.
Nos llamó mucho la atención la estructura,
totalmente diferente a lo que habíamos visto hasta ese momento. El edificio
tiene 6 niveles y por el momento se han encontrado unas 40 habitaciones en las
cuales vivían los gobernantes de la ciudad.
Durante el ascenso podemos detenernos
en las terrazas cubiertas por techos de paja. Son un museo al aire libre, repletas
de pinturas y esculturas, siendo las más llamativas unas figuras humanas con
alas parecidas a un ángel, que se cree daban protección al rey. Y cuando
llegamos arriba, la recompensa: una espectacular vista de la selva.
Ni
que decir tiene que hay tener mucho cuidado, tanto al subir como al bajar
(sobre todo si vais con niños). Los
escalones son muy irregulares, así que no se os olvide llevar calzado adecuado,
nada de chanclas de piscina ni calzado playero.
Después
de sentirnos auténticos exploradores nos dirigimos hacia la plaza sur donde
están situados los demás edificios de interés: el PALACIO OVAL, donde se cree que residía la nobleza y el JUEGO DE PELOTA.
Palacio Oval |
Juego de Pelota |
LAS GEMELAS son dos pirámides pequeñas prácticamente iguales. Si viajáis
con niños muy pequeños que no se han atrevido a subir a la gran Acrópolis, esta
será su oportunidad para escalar una edificación Maya.
Las Leyendas |
Al
parecer hay estructuras que todavía siguen cubiertas de vegetación, así que
puede que los futuros turistas tengan la oportunidad de disfrutar de nuevos edificios.
Ek Balam está abierto todos los días en horario de 8:00 a 17:00 horas. El precio para 2016 es de 123 pesos, los mejicanos con identificación pagan 64 pesos. Dada la cercanía con Chichen Itzá, recomendamos visitar estas ruinas el mismo día.
✓ BAÑO EN UN POZO MÁGICO
Y ya
que estamos aquí, ¿Por qué no nos bañamos en un cenote? Pues dicho y hecho. A
tan solo 20 minutos de Ek Balam está situado el Cenote Hubiku, uno de los más bonitos de la Peníncula de
Yucatán.
El vocablo
maya que ha originado esta palabra es tz’onot que significa abismo, y para los indígenas
era un lugar sagrado que proporcionaba uno de los elementos necesarios para
poder subsistir: el agua. Así que es de imaginar que aquí se realizaran
rituales y ceremonias. De hecho se siguen haciendo, de otra manera más adaptada
a nuestros tiempos, pero ritual sagrado al fin y al cabo.
Los
cenotes son pozos que absorben el agua de lluvia y queda almacenada en su interior gracias al suelo calcáreo que predomina en esta parte del mundo. El caso es que hay cuevas subterráneas llenas de agua, repletas de peces y vegetación.
Si estáis interesados en ver estas maravillas recomendamos contratar un guía
experto.
Lo que más nos gustó fue el color del agua, tan azul y cristalina. Eso sí, está muy fría. Después de tres
días bañándonos en las cálidas aguas del mar Caribe, uno mete el dedo del pie y
parece que vamos a terminar congelados.
Es una gran experiencia que recomendamos hacer al menos una vez en la vida.
✓ POST
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GRACIAS
POR VISITAR TROTAJOCHES !!!!
Maravilloso viaje!!!
ResponderEliminarAquí tienes a una fan absoluta del pueblo maya, me fascina! Y que decir de México, me parece un país mágico!
Gracias por mostranos Ek Balam, sin duda se nota que no está tan masificado como otras ruinas mayas.
¡Me lo apunto para futuros viajes a México! Qué es un país al que siempre que voy, estoy deseando regresar. :)
Hola Con mi Madrina!!!!!!
EliminarLa verdad es que México nos sorprendió mucho, lo tiene todo; playas, buena comida, gente amable y la enigmática cultura maya. Pero pasear por Ek Balam fue una de las mejores vivencias que nos ofreció ese gran país. Te lo recomiendo !!!!
Muchas gracias por tu comentario, me encanta verte por aquí.
Un abrazo,
Alicia.